Te digo desde el primer párrafo que te olvides de la visión de entrenamiento en gimnasio con máquinas y de las series de 8 a 12 repeticiones con recuperaciones de 1-2 minutos.
Cuando yo hablo del entrenamiento de Fuerza, hablo de la calidad de movimiento, de cómo ayudar a las personas a moverse mejor. Siempre se me viene a la cabeza esta discusión: ¿es que hay una manera correcta de moverse? pues la respuesta es un sí y un no. Yo te explico, a mi modo de verlo, hay dos extremos o dos categorías en las que podemos encasillar a una persona. Una es la típica chica delgadita, bailarina que llega incluso con los codos a tocar en el suelo cuando le pides hacer un «Toe-touch» y otra el típico mazado de gimnasio que parece un croissant con los brazos en rotación interna y rotando todo su cuerpo a la vez cuando camina, porque no vas a ver ningún movimiento relativo (si sabes a lo que me refiero cuando hablo de movimiento relativo ya vas a tener mucho camino andado).
Bien, pues esas personas van a tener maneras muy diferentes de hacer las mismas cosas, y no es que sea ni buena ni mala, pero siempre van a echar algo de menos del otro cuando se enfrentes a entornos no controlados o cuando hablemos de lesiones (momento en el que los trabajos se tienen que adaptar a compensar aquellas cualidades, super super excesivas de una persona).


El caso de la chica, va a pecar de hipermovilidad (compensada seguramente) y va a claudicar en el momento en el que le pidamos generar fuerza o absorberla de forma rápida. Y dirás para qué quiere una bailarina eso, pues quizá en sus bailes para nada, pero como tenga dolores o le de algún día por dejar de entrenar 25 horas al día porque ya tiene un trabajo y quiera ir a probar a jugar al pádel, ten por seguro que lo va a necesitar.
Por el contrario, el mazado de gimnasio, el día que acuda a una clínica de fisioterapia por dolor de espalda, o porque le duelen las rodillas y le han dicho que sea porque tiene el menisco roto, y tenga que empezar a disociar estructuras y a ganar movimientos relativos para dividir el estrés entre diversas articulaciones, ten por seguro que las va a pasar muy putas.
Por lo que ahora sí que te digo que sí que hay una manera, no correcta de moverse, si no más eficiente, y es la del punto medio entre un caso y otro.
Siempre, en nuestras formaciones, explico que no podemos pretender cambiar la forma de moverse a una persona de un día para otro, o decirle que se mueve mal y que por eso «le duele la espalda» por ejemplo. La verdad es que estoy muy cansado de escuchar que intentan sentarse con la columna recta para que no les duela.
Lo primero es porque si una persona se mueve de una determinada forma es porque todo lo que ha hecho hasta hoy le ha hecho moverse así. Toda la actividad física, sus experiencias, su cultura, etc es lo que ha provocado que tenga esos «programas» motores para desenvolverse en su día a día.
Lo segundo es porque debemos entender cómo aprende el ser humano, y es imposible olvidar 35 o 50 años de un movimientos aprendido para ahora cambiarlo de golpe. Debemos empezar por ir a atacar la estructura (después de haber de haber hecho la correspondiente valoración, pero eso es otro tema). Si un pie está pronado, su pie tiende a ser plano, habrá tareas específicas, no solo de entrenamiento, si no de entender cómo es la manera correcta de colocar el pie en el suelo para empezar a levantarlo. También utilizaremos cuñas, o todo lo que haga falta, pero o empezamos a trabajar desde la estructura o a la atención de la persona la vamos a perder desde el primer día.
Cuando ya tengamos ese trabajo consolidado, hay personas que en la primera sesión lo consigue y hay gente que va a tener que repetir las mismas tareas durante más de 1 mes, tenemos que empezar a asociar la estructura con otras articulaciones, por ejemplo un tobillo con una rodilla. Porque no es lo mismo que la rodilla esté por detrás del talón (tibia negativa, y por lo tanto el pie tienda a levantarse) a que esté por delante de los dedos (tibia positiva y el pie tienda a hundirse más, lo cuál no es peligroso).
Y por último, necesitamos integrar todo lo aprendido previamente en tareas globales, de Fuerza. Es decir, necesitamos hacer sentadillas, Split, peso muerto y todo lo que sea, pero con el pie como nosotros queremos. Eso es el orden que yo considero correcto.
También os tengo que decir, que mientras estamos haciendo estos trabajos, va a haber otro tipo de ejercicios, un poco más extraños que también nos van a facilitar el objetivo, y que van a tener relación con el posicionamiento de sus diferentes estructuras en el espacio, o cómo su sistema nerviosos interpreta los estímulos aferentes.
Pero para empezar sin complicar mucho el tema, esas 3 fases son en las que yo divido el trabajo de Fuerza.
Como si fuera un bonus track y porque os he hablado de aprendizaje, os dejo por aquí las 4 fases de aprendizaje que me enseñaron en la carrera y que para que los pacientes no se frustren porque no les sale las cosas mal a la primera está bien explicarles.


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